Rusia lanza misil hipersónico hacia Ucrania como advertencia a Europa, buscando influencia en negociaciones antes de la llegada de Trump.
Putin lanza misil hipersónico hacia Ucrania como mensaje a Europa, buscando influir en negociaciones antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Moscú, Rusia. Rusia lanzó un misil balístico hipersónico de largo alcance contra Ucrania el pasado jueves, en lo que el Kremlin describió como un mensaje directo a Occidente sobre su disposición a reaccionar ante "acciones imprudentes". El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó este viernes que la operación busca subrayar las líneas rojas de Moscú en un contexto donde Europa y Estados Unidos han incrementado su apoyo militar a Ucrania.
El misil Oreshnik, capaz de portar ojivas nucleares y alcanzar cualquier punto de Europa, fue empleado por primera vez en combate, elevando las tensiones en un conflicto que lleva 33 meses. Aunque las ojivas utilizadas no eran nucleares, el ataque ha reavivado temores sobre una posible escalada global, especialmente en Europa Central, donde líderes como el primer ministro polaco, Donald Tusk, han advertido sobre la amenaza de un conflicto de mayores dimensiones.
Rusia busca fortalecer su posición antes de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero, con la esperanza de negociar condiciones más favorables en la guerra. Según analistas, el Kremlin intenta asustar a Europa para presionarla a aceptar una salida dialogada que favorezca a Moscú, incluso si ello implica un mayor control ruso sobre el este de Ucrania.
Mientras tanto, Ucrania y Rusia luchan por obtener ventajas estratégicas. Kiev mantiene operaciones en la región rusa de Kursk, mientras Moscú intenta consolidar su control en el Donbás. Putin ha intensificado su retórica, sugiriendo que cualquier ataque en territorio ruso justifica represalias contundentes, incluidas las militares contra instalaciones extranjeras que colaboren con Ucrania.
El reciente ataque ha animado a sectores duros del gobierno ruso, como el líder checheno Ramzan Kadyrov, quien pidió una guerra más intensa contra Occidente. Sin embargo, expertos coinciden en que las amenazas de Putin reflejan también un fracaso: las sanciones y el respaldo militar occidental han incrementado en lugar de disminuir, pese a los intentos del Kremlin por disuadirlos.
Con un conflicto prolongado y una retórica nuclear cada vez más agresiva, la situación en Europa sigue siendo incierta, mientras líderes occidentales evalúan la posibilidad de enviar a Ucrania armamento más sofisticado que podría cambiar el curso de la guerra
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