El acceso a alimentos básicos se vuelve un desafío para los más pobres en Costa Rica
El acceso a alimentos básicos se vuelve un desafío para los más pobres en Costa Rica, quienes deben sacrificar otros aspectos de su calidad de vida para hacer frente a los precios en aumento.
Un estudio de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica revela que los hogares de bajos ingresos recortan gastos en salud, vivienda, educación y recreación para cubrir el costo de la alimentación.
El equipo de investigación, liderado por Juan Rafael Vargas Brenes, Erick Sequeira Benavides y Yanira Xirinachs Salazar, analizó el comportamiento del consumo de alimentos en hogares costarricenses frente a cambios en los precios y los ingresos. Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEC, identificaron tres grupos de elasticidades que determinan la sensibilidad del consumo de alimentos ante variaciones de precios:
- Alimentos poco sensibles y con elasticidad negativa: como el pan y el chayote, donde el consumo se reduce ante incrementos de precios.
- Alimentos poco sensibles, pero con elasticidad positiva: como las tortillas y el atún, cuyo consumo aumenta aunque los precios suban.
- Alimentos insensibles al precio: el resto de productos, cuyo consumo se mantiene constante a pesar de los aumentos de precios.
Este fenómeno obliga a los hogares más vulnerables a reajustar sus gastos, lo que impacta negativamente en su calidad de vida. Durante la pandemia, la situación se agravó con la pérdida de empleos y el aumento de precios, llevando a las familias a renunciar a necesidades esenciales. Ante esto, el investigador Erick Sequeira Benavides insta al Gobierno a implementar políticas económicas que controlen la escalada de precios y aumenten los ingresos de las familias vulnerables mediante transferencias sociales, con un seguimiento adecuado del uso de estos recursos.
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