El Salvador recibe a 261 deportados de EE.UU., incluidos presuntos miembros del Tren de Aragua y la MS-13. Bukele obtiene US$6 millones en el acuerdo.
San Salvador, El Salvador – El presidente Nayib Bukele ha dado un nuevo paso en su estrategia de seguridad al aceptar a 261 deportados de EE.UU., incluidos 238 presuntos miembros del Tren de Aragua y 23 de la MS-13. El traslado, realizado el 16 de marzo de 2025, se llevó a cabo a pesar de la orden de un juez estadounidense de bloquear la deportación.
Deportados sin pruebas y en condiciones extremas
Al aterrizar en El Salvador, los deportados fueron trasladados al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde se les afeitó el cabello, vistió con ropa blanca y fotografió en posiciones humillantes, según imágenes compartidas por el propio Bukele en X (Twitter).
Ni el gobierno de EE.UU. ni el de El Salvador han mostrado pruebas de los supuestos vínculos criminales de los deportados.
¿Qué gana Bukele con este acuerdo?
Según informes de la agencia AP, EE.UU. pagará US$20.000 por preso al año, lo que representa US$6 millones iniciales por los 261 deportados y un posible fondo de US$15 millones para futuras deportaciones.
Bukele ha defendido el acuerdo asegurando que el dinero ayudará a que el sistema penitenciario salvadoreño sea autosostenible, gracias también al Programa Cero Ocio, donde más de 40.000 presos trabajan en talleres dentro de las cárceles.
Impacto político y geopolítico
El pacto refuerza la relación de Bukele con Donald Trump, quien elogió su "colaboración ejemplar" y criticó la gestión migratoria del presidente Joe Biden. Además, consolida a Bukele como un líder regional de la derecha, alineado con políticas autoritarias y restrictivas en derechos humanos.
Por otro lado, organizaciones como Human Rights Watch (HRW) advierten que el Cecot se está convirtiendo en una ‘Guantánamo centroamericana’, donde los presos pierden toda comunicación y derechos legales.
Silencio sobre la MS-13 y el pacto con Bukele
Analistas señalan que Bukele también podría estar beneficiándose de la deportación de pandilleros de la MS-13, ya que esto evita que testifiquen sobre los presuntos acuerdos de su gobierno con la organización criminal.
El pacto Bukele-Trump sigue generando polémica, mientras EE.UU. y El Salvador enfrentan críticas por posibles violaciones a los derechos humanos en el manejo de los deportados.