Fieles despiden al papa Francisco en la basílica de San Pedro entre oraciones y aplausos

Miles de fieles despiden al papa Francisco en la basílica de San Pedro. Su cuerpo reposa en capilla ardiente antes de su entierro el sábado en Roma.

 

Cientos de personas presentan sus respetos al papa Francisco en la capilla ardiente instalada en la basílica de San Pedro

Ciudad del Vaticano. Este miércoles, miles de fieles comenzaron a ingresar a la basílica de San Pedro para presentar sus respetos al papa Francisco, fallecido a los 88 años. La capilla ardiente fue instalada ante el majestuoso baldaquino barroco del templo, donde su féretro, abierto, mostraba al pontífice con su rosario entre las manos y una casulla roja, símbolo de martirio y sacrificio.

 

Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano y el primero jesuita en ocupar el trono de Pedro, inicia así su último viaje. Su entierro está previsto para el sábado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, en una decisión que rompe con más de un siglo de tradición, siendo el primer pontífice en no ser enterrado en el Vaticano desde León XIII en 1903.

 

Desde primeras horas del día, centenares de fieles aguardaban en la plaza de San Pedro, muchos con rosarios y símbolos religiosos. El domingo anterior, Francisco saludó por última vez al pueblo desde su papamóvil, en lo que sería su último contacto con la multitud que tanto lo admiraba.

 

“Tenía que venir”, expresó Ana Montoya, mexicana de 33 años, quien llegó con una cruz dorada al cuello para despedirse del hombre que, según dijo, “representaba lo que la Iglesia debe ser”.

 

El cortejo fúnebre partió en la mañana desde la residencia de Santa Marta, donde falleció el lunes, y se dirigió hacia la basílica. Fue acompañado por cardenales, guardias suizos, y el sonido solemne de campanas, bajo un cielo claro de primavera. Cuando el féretro cruzó la plaza, estallaron aplausos, un gesto de cariño y respeto por el pontífice venido "del fin del mundo", como él mismo se autodefinió en 2013 al ser elegido.

 

En coherencia con su estilo pastoral marcado por la humildad, el papa Francisco solicitó que su cuerpo no fuera expuesto en un catafalco, diferenciándose así de sus predecesores. Su deseo era un rito sobrio y sencillo, reflejo de su visión de una Iglesia cercana y despojada de ostentación.

 

El mundo católico despide con emoción a un líder espiritual que marcó una era con su enfoque social, su defensa de los más pobres y su constante llamado a la paz y al diálogo.

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