Robert Francis Prevost, de 69 años, es el nuevo papa. Adoptó el nombre de León XIV tras ser elegido por el cónclave en la Capilla Sixtina.
Vaticano — El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez fue elegido este jueves como el nuevo papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. A sus 69 años, se convierte en el pontífice número 267, tras la deliberación del cónclave iniciado el 7 de mayo.
Prevost, nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, ha sido una figura destacada tanto en la vida pastoral como en la administración eclesial. Antes de su elección, se desempeñaba como prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los puestos más influyentes de la curia romana.
La noticia fue confirmada minutos después de que la fumata blanca se elevara desde la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que los 133 cardenales electores habían alcanzado un consenso. Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunció el tradicional “Habemus Papam”, revelando la identidad del nuevo pontífice.
¿Por qué los papas cambian de nombre?
El cambio de nombre es una tradición que remonta a tiempos bíblicos. Según el evangelio de Mateo (16:18-19), Jesús cambió el nombre de Simón por el de Pedro al encomendarle la misión de fundar su Iglesia. Siguiendo ese simbolismo, cada nuevo papa elige un nombre que refleje su visión pastoral o rinda homenaje a figuras clave del cristianismo.
Por ejemplo, el papa Francisco adoptó ese nombre en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad y servicio a los pobres.
Ahora, al elegir el nombre de León XIV, el nuevo pontífice rinde tributo a papas históricos como San León Magno, Doctor de la Iglesia, conocido por su firme defensa de la fe y su papel clave en la consolidación del papado en el siglo V.
Un nuevo capítulo en la Iglesia
La elección de Prevost es vista como un equilibrio entre continuidad y renovación. Formado en los valores del Concilio Vaticano II y con amplia experiencia en América Latina —donde fue obispo de Chiclayo, Perú—, el nuevo papa podría tender puentes entre regiones y reforzar la descentralización impulsada por su predecesor.
Con su elección, el Vaticano vuelve a escribir una página clave en su historia, y millones de católicos de todo el mundo miran ahora hacia Roma con esperanza renovada.